Curiosidades de mi pueblo


Hay hechos tan extraños, que por más que uno le busque explicación lógica no se la encuentra.Según nos cuenta el historiador Francisco Antonio Batista García, en su obra “Historia de Bonao”, en los años 20 ya en Bonao se proyectaban películas (claro, era la época del cine mudo, pero estábamos a la moda).En el año 1952 se inauguró el Teatro Julia Molina, que luego de la caída de la tiranía se convirtió en el Cine Libertad (sí, ese mismo que estaba frente al parque).Para responder a la amplia demanda de los amantes del cine, se construyó el Cine Bonao (bien llamado “el cine de los tigueres”), ubicado en la calle General Cabral.Y más adelante, apareció la más moderna y hermosa sala de cine de que hemos gozado los bonaenses: Cinema 48 (qué hermoso, qué cómodo).Pero aquí viene lo inexplicable: cómo es posible que en los tiempos de Concho Primo ya hubiera cine en Bonao, y hoy, en la era de la comunicación muchos bonaenses tienen que ir a Santiago y Santo Domingo para no olvidar el “séptimo arte”?. Peor aún: muchos de nuestros niños nunca han visitado una sala de proyección cinematográfica.No entiendo. Pero ojalá sea una realidad lo que se ha anunciado de que ya hay dos salas construidas por ahí. Sería fantástico.

Pintando la iglesia San Antonio de Padua

Por muchos años, esta peligrosa labor de pintar la iglesia San Antonio de Padua, la realizó el señor Monguito Rosario (fallecido), un pintoresco y reconocido personaje de Bonao, de quien se dice que para poder subir a dicha altura tenía que amarrarse bien un lazo y "artillarse" mejor un pote de brugal.

Aparentemennte, y por lo que se ve en la foto, ya apareció el sustituto del viejo Mongo.